National Geographic elige un pueblo de Navarra como el más bonito para visitar en octubre.

La revista National Geographic recomienda el pueblo de Ochagavía/Otsagabia como la mejor opción para una escapada este mes de octubre.

A 85 kilómetros de Pamplona, en el corazón del valle de Salazar, se encuentra Ochagavía, un pequeño pueblo de casas de piedra atravesado por el río Anduña, en cuyas calles salpicadas de los pétalos de los geranios rojos que decoran los balcones parece haberse detenido el tiempo. En este oasis de piedra de Navarra se oye nada más que el sonido de los pasos sobre los adoquines, el murmullo del fluir de las aguas del río y el tímido canto de alguno de los pájaros que habitan entre los árboles de la sierra Abodi, paisaje de fondo de la villa. Así describe el pueblo navarro de Ochagavía la revista National Geographic, que lo califica como el pueblo más bonito para visitar este octubre.

Un puente medieval, tres palacios y una iglesia

Al llegar a Ochagavía, lo primero que salta a la vista es el hermoso puente de piedra medieval erigido sobre el río Anduña, cuya silueta enmarcada por las pintorescas casas del paseo principal se ha convertido en una de las postales más representativas de la villa. Este es el punto de partida perfecto para recorrer y perderse por las calles empedradas del pueblo, descubriendo así los variopintos rincones de Ochagavía.

Por encima de los tejados de las casas se atisba la antigua torre de la Iglesia de San Juan Evangelista, un edificio del siglo XVI que alberga en su interior varios retablos renacentistas y barrocos que han sobrevivido a los estragos de la historia. Paseando por Ochagavía, también destacan los palacios medievales de Urrutia, Iriarte y Donamaría, así como los caseríos blasonados. En la paleta de tonalidades blancas y grises que domina la villa resaltan las flores que decoran los balcones de las casas y los eguzkilore, un símbolo de protección el hogar de la mitología vasca, colgados en las puertas.

Las casas tradicionales de Ochagavía

En Ochagavía, las casas señoriales de piedra pintadas de blanco, con tejados a dos aguas y contraventanas y puertas de madera, son más importantes que las calles e incluso que los apellidos de las personas que las habitan. De hecho, en Ochagavía, preguntan “¿de qué casa eres?” en vez de “¿de qué familia eres?”, reforzando la tradición vasca que considera que la casa o el caserío no es simplemente un edificio, sino un miembro fundamental de la familia. Los nombres de las casas (casa Ochoa, casa Indiano, casa Fugas, casa Pomposo) están escritos en la entrada de las mismas, junto a la puerta, anunciando así la identidad de cada hogar.

Orhipean de Ochagavía

La fiesta más importante de esta localidad se celebra el viernes y el sábado del último fin de semana de agosto o el primero de septiembre, dependiendo del año. Se trata del Orhipean de Ochagavía o la Fiesta de los Oficios y las Tradiciones, una festividad en la que, aprovechando la sensación de atemporalidad que invade la villa, se cubren las señales de tráfico, los carteles y cualquier elemento que permita identificar que estamos en el siglo XXI, y se recrea un día cualquiera de 1900.

A un paso de Ochagavía

Visitar Ochagavía también es la oportunidad perfecta de adentrarse en la maravillosa Selva de Irati, que se encuentra a tan solo 10 kilómetros del pueblo. Irati es el segundo hayedo más importante de Europa, después de la Selva Negra de Alemania, y, entre muchos otros elementos, alberga el monte Ori, cuyo pico, situado a 2021 metros de altura, es una de las cumbres más altas del Pirineo navarro.